Federación de Enseñanza de CCOO de Extremadura | 21 octubre 2025.

EL PODER DE CAMBIR LA COSAS
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    Uninde, un paso atrás en igualdad de oportunidades

      Tomás Rodríguez. Secretario General de la Federación de Enseñanza de CCOO de Extremadura

      20/10/2025.
      Uninde, un paso atrás en igualdad de oportunidades

      Uninde, un paso atrás en igualdad de oportunidades

      PP y Vox han apuntalado en el último pleno de la Asamblea de Extremadura la creación de la primera universidad privada de la región. La ley de la Universidad Internacional para el Desarrollo (Uninde) se aprobó por lectura única, vía rápida y sin enmiendas. Un trámite exprés para una decisión estructural, pese a informes jurídicos desfavorables de la propia Junta y sin dictamen del Consejo de Estado.

      ¿Por qué decir no? Primero, por el contexto. En los últimos 20 años se han creado 24 universidades privadas (hasta 46), mientras las públicas siguen siendo 50. En la última década, el alumnado privado creció un 119 % (ya es el 30 % del total) y el público apenas un 2 %. Este viraje no es casual: responde en gran parte a la infrafinanciación autonómica de la universidad pública. La respuesta responsable en Extremadura no es abrir otra privada; es financiar bien lo público y reforzar la UEx como eje vertebrador del sistema.

      Segundo, por la calidad. El nuevo Real Decreto que regula la creación de universidades obliga a cumplir estándares exigentes y verificables: informe vinculante de ANECA o de la agencia autonómica, al menos el 5 % del presupuesto destinado a investigación y un 2 % adicional en fondos externos; 50 % de profesorado doctor —y, de estos, 60 % con sexenio—; una oferta mínima de 10 grados, 6 másteres y 3 doctorados en tres ramas del conocimiento; 4.500 estudiantes; equipos directivos con experiencia contrastada y solvencia económica real. Estas condiciones no son retórica burocrática: alrededor del 70 % de la investigación del país se hace en las universidades y el 92 % de esa producción procede de las públicas. Rebajar el listón equivale a degradar uno de los motores principales de conocimiento y desarrollo regional.

      Tercero, por el interés general. Como sindicato de clase, desde CCOO defendemos blindar la financiación estructural de la universidad pública: pasar del 0,77 % del PIB al 1 % que fija la LOSU como punto de partida y trazar una senda hacia la media UE/OCDE (0,5 % adicional). En paralelo, 26 % más por estudiante para homologar el esfuerzo por alumno, y una política social que asegure el acceso y la permanencia: precios públicos orientados a la gratuidad para los estudios oficiales, equiparar los costes de grado y posgrado, reformar y ampliar becas y actualizar la cuantía fija de residencia (los 2.700 € actuales resultan insuficientes en buena parte del territorio). Si no se refuerzan estos pilares, la universidad deja de ser ascensor social y se convierte en filtro por renta y origen.

      Cuarto, por el procedimiento. La lectura única ha evitado el contraste con expertos, la consulta reposada con la UEx y la deliberación pública, mientras se relativizan informes desfavorables de la Conferencia de Política Universitaria y del Consejo Económico y Social y se prescinde del dictamen del Consejo de Estado, que la Abogacía General de la Junta considera imprescindible. No es prudente levantar un proyecto privado en estas condiciones.

      El caso Uninde, además, no despeja dudas. Se anuncia una oferta de 10 grados, 7 másteres y 2 doctorados. Pero la universidad arranca en un centro comercial, con 125 docentes previstos y un capital social de 3.000 €, ya señalado como insuficiente en informes desfavorables. ¿Dónde están los laboratorios, los servicios de apoyo a la investigación y el ecosistema necesario para sostener estudios de máster y, sobre todo, de doctorado con estándares de calidad? Comparar esa dotación con la exigencia estatal —y con la infraestructura consolidada de la UEx— arroja una conclusión obvia: primero se acredita el cumplimiento de requisitos y la solvencia del proyecto; después, y solo si supera el listón, se autoriza.

      Frente al argumento de que “no sustituirá ni competirá” con la UEx, la evidencia indica que las privadas se expanden allí donde las públicas están infrafinanciadas, captando demanda insatisfecha con títulos habilitantes o de alta empleabilidad y precios muy superiores. Aunque se intente evitar solapamientos, la competencia por profesorado cualificado, por atención política y por espacio social es inevitable. Y, si el foco y los recursos se desvían hacia la apertura acelerada de una privada, se aplaza lo urgente: estabilidad de plantillas, mejora de condiciones laborales, ampliación de plazas donde existe demanda y un plan de inversión en investigación y transferencia para que Extremadura retenga talento y genere tejido productivo.

      Extremadura debe traducir ese compromiso en un plan de acción: evaluación pública de necesidades formativas y de la demanda laboral; coordinación con la UEx para implantar titulaciones realmente estratégicas y evitar duplicidades; cumplimiento íntegro y previo del Real Decreto en cualquier proyecto privado, con verificación externa de infraestructura, plantillas, gobernanza y solvencia; un plan plurianual de estabilización y dignificación del PDI y del PAS que reduzca la temporalidad y mejore las carreras profesionales; y un impulso decidido a la investigación y la transferencia de ese conocimiento. Solo con estas garantías la ampliación de la oferta será útil, equilibrada territorialmente y socialmente justa.

      Extremadura no necesita una universidad-negocio; necesita una universidad pública fuerte, financiada y evaluada con rigor. Autorizar Uninde hoy, por lectura única y sin garantías plenas, significa más riesgo, más desigualdad y menos compromiso con el interés general. La mejor política universitaria es aquella que amplía plazas públicas, asegura precios y becas justas, invierte en investigación y exige calidad a cualquier actor, público o privado. Ese es el camino para que la universidad siga siendo ascensor social, fábrica de conocimiento y motor de cohesión y riqueza compartida en Extremadura.